¡pica!

¡pica!

viernes, 8 de abril de 2011

LA VIDA ES SEXO Y EL MUNDO DINERO

Aunque a menudo hasta el sexo es dinero y viceversa. Pero la idea es que si reduces todo a la finalidad final (vaya redundancia) te encuentras con el sexo. Porqué la gran misión que tiene todo ser vivo es reproducirse antes de morir. Es más una vez conseguido ya cualquier ser puede morir. Muchos animales y plantas les sucede así pero es que incluso el cuerpo humano una vez se ha reproducido comienza a sufrir un rápido proceso de envejecimiento (dato a tener en cuenta: no hay mejor antiarrugas que el no parir). Bien, nuestro instinto nos empuja a buscar el sexo porque es el medio para reproducirse. Estamos programados para eso: sí, como un programa informático, como los robots de Isaac Asimov. Sólo que en nuestra programación sólo hay una orden: ¡FOLLA! Cualquiera me puede decir que esto es una exageración porque hay muchas cosas en la vida más importantes que el sexo. Y es totalmente cierto pero todas tienen como finalidad aumentar las posibilidades de conseguir parejas sexuales. Cualquier tipo de mérito que un individuo pueda conseguir se convierte automáticamente en reclamos que hacen que el resto de gente les vean con mejores ojos. No nos engañemos al final todos queremos molar. Y molar no es nada más y nada menos que ser más atractivo a los demás. No sólo la belleza o un cuerpo bonito, también las artes, la música (¡cómo ligan los músicos! ¿eh? aunque sean feísimos) pero también la inteligencia se convierte en un reclamo y, por supuesto, el dinero. Y aquí viene la gran intervención humana en su propia evolución, porque el atractivo del dinero no suele ser del todo instintivo suele ser consciente. Cuantas veces no habremos hablado de algún ligue y después de decir lo estupendo/a que es añadimos la coletilla: “¡Y tiene dinero!” Ahí está, así lo hemos hecho. La vida tiene como motor el sexo y nuestro mundo humano el dinero. Es el principio y el fin de todo nuestro sistema: la civilización. De hecho, está humanización a la vez que desvinculación con nuestra naturaleza hace algo raro. Finalmente desvincula el dinero con el sexo. ¿En qué momento se pierde esta relación y las dos cosas se separan? Y el dinero sólo tiene como finalidad más dinero y siempre más dinero y por encima de todo. No sé que tiene de malo pero a mí y a mucha más gente nos resulta inevitablemente triste y decepcionante esta idea. Quizá es que somos unos románticos y preferimos pensar en el sexo.

Mucha gente dirá que no puede ser, que hay cosas mucho más importantes que el sexo o el dinero. Por supuesto, no digo que no sea así. ¿Y qué hay del amor? Pues más de lo mismo. Cualquier relación romántica tiene como culminación de la misma: el acto sexual. Es más, puede haber sexo sin amor pero difícilmente amor sin sexo. Además, mucha gente traduce el amor que siente por el alguien en las ganas de tener hijos con esa persona, es como una consecuencia directa y lógica, y realmente lógica lo es. Cómo dijo una vez un invitado del diario: “La he preñao porqué la quiero”. Muy instintivo. La cuestión es que la vida tiene infinidad de cosas, de actividades, actos, conductas y sentimientos que nos hacen complejos, es decir, humanos. Pero es como un gran embudo lleno de cosas a las que dedicarte en la vida, cosas que hacer o que pensar pero que se canalizan hacia una misma dirección: sexo. Es como un juego que a menudo resulta más divertido el proceso hasta conseguir sexo que no el acto en sí, porque todos sabemos que es un polvo y a menudo pues tampoco es para tomarse tantas molestias. Pero la gracia es ser un buen jugador y tener el máximo número posible de pretendientes sexuales aunque luego no tengas sexo con ellos. Cómo las estrellas del pop o de Hollywood, mira que tienen fans, son grandes en el juego de la vida, pero seguro que no se follan a todos sus fans. Sé que es simplificar muchos las cosas, pero es justamente lo que trato de hacer. Simplificar hasta llegar a la finalidad suprema. Y para quien no me crea tengo una prueba: últimamente me ha dado por preguntarle a la gente que veo qué harían si el mundo está apunto de acabar. Si un meteorito se acerca a la tierra y en cuestión de horas acabará con todo y con todos. Todos moriremos. Todos han respondido lo mismo, con más divagación o menos pero todos llegan a la misma conclusión: tener sexo. Si me pilla el fin del mundo que sea follando. Es curioso, que nadie dice que quisiera estar gastando dinero...