¡pica!

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viernes, 4 de julio de 2014

DISPOSITIVOS ANTIVIOLACIÓN Y SEXISMO EN GENERAL





Mi armario.
Tengo el armario lleno de ropa bonita que no me pongo. Vestidos espectaculares, minifaldas, vertiginosos escotes y taconazos de femme fatal.  Esos vestidos que siempre salen por la tele, que lucen las modelos y parecen tan guay,  tan sexy. Pero yo nunca tengo ocasión de ponérmelos. Más bien, nunca encuentro el momento apropiado. Porque salir a sí a la calle puede resultar escandaloso, incluso peligroso. Ya sabéis lo que las abuelas siempre decían “no vayas por ahí provocando”. Pues como yo, igual que cualquier otra mujer del mundo, no quiero ser violada. Y es que parece ser que hay muchos violadores por el mundo, de hecho las cifras son escandalosas. En Europa tenemos suerte de que las leyes son bastante más duras con los crímenes sexuales, y todavía más suerte de que socialmente la violencia de género no está aceptada y se lucha contra ella. Pero hay muchos países del mundo donde la violación está a la orden del día y lo que es peor ni legalmente ni socialmente nadie le da mucha importancia. Hay casos extremos como el de la India, donde el respeto a la mujer es tan ínfimo que se suceden verdaderas atrocidades que prefiero no recordar (porque me traumatiza). De ahí que precisamente en este país unos ingenieros inventaran un dispositivo antiviolación. Consiste en un sujetador que cuando un atacante intenta arrancarlo produce descargas eléctricas al tiempo que envía señales por GPS a la policía y familiares para que puedan encontrar rápidamente a la víctima. Pero este no es él único invento de estas características. En Sudáfrica,  con motivo del mundial de fútbol del 2010 una doctora que atendía a mujeres violadas inventó un dispositivo intravaginal que funcionaba como una cepa para penes. El Rapex (rape es violación en inglés). Tiene la forma de un consolador pero por dentro esta hueco y tiene púas de modo que se clavan en el pene del violador y el único modo de quitarlo es yendo a un hospital. De modo que al mismo tiempo te declaras como violador, pues es la única razón por la que tienes un Rapex enganchado a tu pene. La idea le vino a esta doctora tras atender a una niña violada que le dijo: “si al menos tuviéramos dientes ahí abajo” (refiriéndose a la vagina).
Esto es el Rapex.
Estos inventos están muy bien pero me da que funcionan más como venganza que no como modo de disuadir violadores. Es decir, en ambos casos pueden funcionar para atrapar al violador pero la agresión ya ha sucedido. El mal ya esta hecho. ¿Cómo se puede realmente evitar la violación? Volvemos al “niña no vayas por ahí provocando”. Bueno, no creo que la gran mayoría de las mujeres y niñas violadas lo hayan provocado, ni con su forma de vestir ni con su actitud. Esto forma parte de esta vieja pero muy arraigada sexista forma de pensar en la que, en cualquier caso, la culpa la tiene la mujer (no hace falta recordar lo que dice la Biblia). De modo que de pronto el agresor se convierte en víctima y es la malvada mujer que lo ha obligado a agredirla con una violación. ¿¿¿Estamos locos o qué??? Pues sí, hace siglos que estamos estando locos. Pero volvemos al 2014, siglo XXI dónde ya deberíamos estar volando con naves espaciales y vistiendo todos (hombres y mujeres) con mayas de licra. Pero resulta que no, que seguimos enfrentándonos día a día a los mismos tópicos típicos entre hombres y mujeres. Exagerando esas supuestas diferencias con mucho empeño. Porqué los hombres deben ser masculino: esto implica agresivos, fuertes, dominantes y un poco insensibles y las mujeres extremadamente femeninas: débiles, cándidas, y sexys. Y aquí viene la clave de la cuestión: sexy. Porqué una mujer por encima de todas las cosas tiene que ser sexy. Si no es sexy no es mujer (es un hombre, o una piedra, no sé). Así nos lo dice la sociedad entera, y todas las sociedades, porque la mayor virtud de una mujer es su belleza. Y en 2014 su sensualidad (o sexualidad). Si amigos, hemos dado un paso atrás. En los noventa el feminismo estaba cerca de alcanzar sus objetivos. Por cierto, no debería hace falta clarificar que el feminismo no es la versión femenina del machismo. Pues si que hace falta, porque hoy en día el feminismo esta muy mal considerado, tanto que he oído a mujeres disculparse de este modo: “yo no es que sea feminista, pero…” Dando por hecho que ser feminista es algo malo, algo parecido a ser terrorista. Y es que hoy en día si le dices a una adolescente que Rhiana o  Shakira, que se empeñan en aparecer en sus videos como prostitutas de lujo, están siendo altamente sexista perpetuando un modelo de mujer objeto extremadamente sexualizada te tachan de carca porque eso es lo que mola, y el feminismo esta muy pasado de moda.  Mola ser sexy y guapa. Y mola tanto que haga lo que una mujer haga tiene que hacerlo sexymente. Si canta, si hace pelis, si presenta las noticias, no importa lo bien que lo haga si no está cañón. Aunque tengas una profesión mundana, siempre habrá quien te tache por no hacer el esfuerzo de ir bien guapa.
Shakira y Rhiana, la canción es una basura y el video más.

Y hay casos de vergüenza ajena como lo mucho que se criticó a Adele por estar gorda, a pesar de que tiene una voz preciosa y unas canciones geniales, ¡ah! pero está gorda. Y de esto vienen situación verdaderamente ridículas como cuando vi la rueda de prensa que daba una doctora en Estados Unidos que había encontrado una posible vacuna para el cáncer. La mujer se había emperifollado para la ocasión, maquillaje y bien vestida, pero se notaba que no estaba nada cómoda con todo eso, que era sólo por la rueda de prensa. ¿Realmente el no estar guapa debe crearle inseguridad cuando su autoestima debería estar por las nubes al estar en la cumbre de su carrera cumpliendo algo que la humanidad entera anhela desde hace décadas? ¡Es la puta tía que ha encontrado la vacuna contra el cáncer! ¡Realmente tiene que preocuparse por estar guapa!
Sí, tiene que hacerlo. Porque desde niñas eso es lo que nos enseñan. Y se lo enseñan a los niños también. Que en algún momento no entienden por qué, si las mujeres son tan sexys y tan follables, no se las pueden follar. ¿Cómo nos deshacemos de esta presión social? ¿Cómo cambiamos esto? Tal vez podríamos empezar por dejar de insistir tanto en lo diferentes que somos los hombres y las mujeres. Porque estoy harta de oír frases como “te quejas como una mujer” “los hombres son tan insensibles…” “es que las mujeres somos diferentes”. Bueno, creo que este tipo de cosas no depende del sexo, si no de nuestro propio carácter, cada cual es como es, pero si seguimos diciéndoles frases así a nuestros niños y niñas nunca nos desharemos de esta lacra y yo no quisiera tenerle que comprar un Rapex a mi hija.

Por el momento mi ropita bonita sigue esperándome en el armario, poniéndome ojitos cada vez que lo abro. Pero yo sigo poniéndome unos tejanos y zapatos planos porque así voy más cómoda y puedo salir corriendo si me hace falta. Y es sólo por eso, porque no me preocupa el provocar, se que lo que provoca no es como visto, es el simple hecho de ser mujer.