¡pica!

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martes, 18 de marzo de 2014

LA FAMILIA ZAPP Y LOS NEOSOLTEROS



La familia Zapp-Chovet son una familia nómada que se dedican a viajar y así, como dicen ellos, cumplir un sueño. Todo empezó en el año 2000 cuando una pareja de argentinos decidieron dejar sus trabajos, venderlo todo y viajar, sin más, viajar. Desde entonces están viajando han tenido cuatro hijos sobre la marcha (cada uno nacido en diferentes puntos del planeta). La idea es que viajan de un lado al otro gracias a la ayuda de la gente que encuentran, que les acogen y les ayudan. Es decir, viajan ¡sin dinero! Cosa impensable hoy en día. A todo esto ya se han recorrido toda América,  Oceanía y ahora andan por Asia. Y eso es su vida, siempre viajando en una furgoneta del año catapún que no supera los 60km/h, ver mundo y pasarlo bien, nada más. Lo más  importante para ellos es la familia, puesto que es casi todo su círculo social.

Los neosolteros son hombres y mujeres solteros que no se avergüenzan de serlo. Se han deshecho de la antigua lacra del solterón. El que ha fracasado en la búsqueda de la pareja ideal, en la gran misión en la vida de reproducirse, formar una familia. Esa idea de que si no consiguen encontrar pareja es porque algo malo deben tener que hace que nadie les “quiera”. Eso era antes, ahora, los neosolteros no han fracasado en la misión de formar una familia, si no que han triunfado en su vida profesional. Son los que han puesto todo su tiempo y energía en sus carreras y son gente de éxito y gran nivel económico. Son socialmente admirados, disfrutan de libertad e independencia. Son solteros porque quieren, es su decisión, así lo han elegido, no es por algo del destino los haya condenado a la soledad. Gozan de un gran círculo social, de variadas diversiones, y de dinero suficiente para disfrutar de la vida plenamente (todo lo que el trabajo les permita). A su lado, los pringados, los fracasados, son aquellos que deciden formar una familia en una sociedad en la que es casi un lujo. Se condenan a una vida miserable porque ya se sabe que los niños salen muy caros y hoy en día hacen falta dos sueldos más ayudas de gobiernos (cada vez más escasas) para levantar una familia.

Entonces los neosolteros son fruto de una evolución social natural. Ante la opción de vivir una vida de lujo y aprecio social, ¿para qué elegir una vida de miseria y escasa autoestima? ¿Sólo porque nos lo manda el reloj biológico? Esta claro que a mucha gente le falla últimamente el este reloj.

¿Qué tienen que ver la familia Zapp y los neosolteros? Pues que a mi me parece las dos caras de la misma moneda. La característica principal de los  neosolteros es su separación de la familia, son solos y lo más importante en sus vidas es su nivel económico y profesional. La de la familia Zapp, su apego a la familia. Son nómadas y aunque en sus viajes conozcan a mucha gente, al final su círculo social cotidiano se reduce a los miembros de la familia. El trabajo no importa, el dinero tampoco, ni el estatus social definido por las pertenencias (casas, coche, etc.…). Suena muy bien, pero muy idílico. Porque aunque parece ser lo más natural en el ser humano, simplemente vivir y reproducirse, en realidad lo que esta pareja de argentinos hace es una locura. Sin embargo, aunque lo de los neosolteros parezca el colmo del egoísmo,  es lo más normal del mundo. 

En muy resumidas cuentas, los neosolteros son el fruto de un mundo extremadamente capitalista en el que sólo prima el dinero. La familia argentina se ha desprendido totalmente de todo lo material, este mundo capitalista no va con ellos, no siguen las reglas del dinero, siguen las reglas… ¿humanas? Emparejarse y procrear, eso es la vida. Eso es lo que hacen todos los seres vivos del planeta. Consumir sus vidas sin ningún propósito específico más allá de procrear. Obviamente la vida de esta familia me parece fascinante y envidiable, pero no critico a los neosolteros. No son más que el resultado de una sociedad que hemos creado entre todos. Y del mismo modo que el mundo cada vez es más globalizado, simplemente hemos pasado ha ser una familia mucho más grande, la familia parental no importa, porque somos una familia mundial.

De todas maneras lo de la familia Zapp tiene truco. Tras su primer viaje por América escribieron un libro titulado “Atrapa tu sueño” del que vendieron 20 mil ejemplares, han hecho varias apariciones en televisión, en varios países. Así que… no viven tan al margen de la sociedad. Pueden hacer lo que hacen porque solo ellos lo hacen. Si hubiera muchos como ellos, no venderían libros…

Como me dijo hace poco un amigo, “estamos rescribiendo el libro”. Aunque nos empeñemos en ello las cosas no son tan claras y tan catalogadas. El mundo cambia así que también hay que cambiar las reglas del juego. Y de todas maneras, los neosolteros cualquier día pueden enamorarse y decidir crear una familia, igual que los Zapp-Chovet cualquier día pueden divorciarse y pelearse por los derechos de su libro. 


 Si os pica la curiosidad: 




Para saber más sobre los neosolteros simplmente googlelea "neosolteros", es un término que está muy de moda. 

miércoles, 5 de marzo de 2014

EL AGUA DEL PLANETA



Estábamos el otro día hablando sobre el agua. No recuerdo muy bien como empezó la conversación, pero fue porque salió la frase el agua es infinita. Y yo repliqué  “no, no lo es”. Es una de esas cosas que recuerdo del colegio, porque tengo una memoria rara y algunas cosas de las que me enseñaron en el colegio se me quedaron (aunque se me quedaron muchas más cosas de las que aprendí en la tele, el cine o los libros). Pues me acordaba de ese curioso detalle de que el agua es mucha pero finita. Es decir, que en el planeta existe la misma cantidad de agua desde que la tierra al formarse se enfrió y el vapor se convirtió en agua. Y de ahí que el agua siga su ciclo, del mar a las nubes, la lluvia, la tierra, los ríos y de nuevo al mar, pero siempre la misma agua eternamente reciclada. La cuestión es que debe ser muchísisisisissima agua para que parezca infinita. Pero si es finita existe una cifra, así que rápidamente lo googleleamos y ahí estaba la cifra. Que fácil, que rápido.

¿Quién sería el primero que se preguntó cuanta agua debe haber en el planeta? Y después de éste otros muchos, pero ninguno pudo googlelearlo. ¡Qué suerte tenemos! Podemos saber  cualquier cosa en un instante. Esto es realmente revolucionario, no nos damos cuenta y estamos sufriendo una revolución, eso lo cambia todo. Para que queremos ir al colegio en un intento de acumular el máximo de información posible que tal vez algún día podamos necesitar (lo hacemos un poco al azar). Pues no hace falta, porque en el momento que la necesitemos, en el caso de que la necesitemos, la tendremos al intente, para eso está Internet y los smartphones. Sé que hay mucha gente que esta idea le parecerá terrible. ¡¿Qué en el colegio perdemos el tiempo?! Y más en un momento como ahora en el que está en entredicho la gratuidad de la educación y su valor. Pero es que este valor es un valor antiguo y obsoleto. La educación pública, gratuita y obligatoria tenía valor cuando la información era un bien escaso que sólo una persona poseía y podía trasmitir. Pero hoy en día la información está por todas partes y nos pertenece a todos (por cierto, nada más social o socialista). En realidad, hoy en día, cualquiera puede aprender lo que quiera si le dedica tiempo. Es el tiempo el único bien valioso hoy en día. Entonces, volviendo a la escuela, yo me imagino que gran pianista podría haber sido, si en vez de estar estudiando matemáticas y economía (las asignaturas que más odiaba) me hubiera dedicado todo ese tiempo a estudiar música y practicar piano.  En definitiva hubiera invertido todo mi tiempo a algo que realmente despertaba mi interés, en vez de sentirme frustrada tratando de
aprender lo que todos teníamos que aprender por igual y al mismo nivel (la nota) aún cuando nunca iba a necesitar esa información en mi vida de adulta. Ahí lo dejo: ¿Necesitamos colegios? ¿Y universidades? ¿Necesitamos títulos? Creo que es un gran debate. Yo creo que sí, los necesitamos pero planteados de un modo muuuuuy distinto.

Por cierto, en el planeta hay más de 326 millones de trillones de galones de agua, un galón son 3.785 litros. ¿Puedes hacer la cuenta?