Estábamos el otro día hablando sobre el agua. No recuerdo
muy bien como empezó la conversación, pero fue porque salió la frase el agua es
infinita. Y yo repliqué “no, no lo es”.
Es una de esas cosas que recuerdo del colegio, porque tengo una memoria rara y
algunas cosas de las que me enseñaron en el colegio se me quedaron (aunque se
me quedaron muchas más cosas de las que aprendí en la tele, el cine o los
libros). Pues me acordaba de ese curioso detalle de que el agua es mucha pero
finita. Es decir, que en el planeta existe la misma cantidad de agua desde que
la tierra al formarse se enfrió y el vapor se convirtió en agua. Y de ahí que
el agua siga su ciclo, del mar a las nubes, la lluvia, la tierra, los ríos y de
nuevo al mar, pero siempre la misma agua eternamente reciclada. La cuestión es
que debe ser muchísisisisissima agua para que parezca infinita. Pero si es finita
existe una cifra, así que rápidamente lo googleleamos y ahí estaba la cifra.
Que fácil, que rápido.
¿Quién sería el primero que se preguntó cuanta agua debe haber
en el planeta? Y después de éste otros muchos, pero ninguno pudo googlelearlo. ¡Qué
suerte tenemos! Podemos saber cualquier
cosa en un instante. Esto es realmente revolucionario, no nos damos cuenta y
estamos sufriendo una revolución, eso lo cambia todo. Para que queremos ir al
colegio en un intento de acumular el máximo de información posible que tal vez
algún día podamos necesitar (lo hacemos un poco al azar). Pues no hace falta,
porque en el momento que la necesitemos, en el caso de que la necesitemos, la
tendremos al intente, para eso está Internet y los smartphones. Sé que hay
mucha gente que esta idea le parecerá terrible. ¡¿Qué en el colegio perdemos el
tiempo?! Y más en un momento como ahora en el que está en entredicho la gratuidad
de la educación y su valor. Pero es que este valor es un valor antiguo y
obsoleto. La educación pública, gratuita y obligatoria tenía valor cuando la
información era un bien escaso que sólo una persona poseía y podía trasmitir.
Pero hoy en día la información está por todas partes y nos pertenece a todos
(por cierto, nada más social o socialista). En realidad, hoy en día, cualquiera
puede aprender lo que quiera si le dedica tiempo. Es el tiempo el único bien
valioso hoy en día. Entonces, volviendo a la escuela, yo me imagino que gran
pianista podría haber sido, si en vez de estar estudiando matemáticas y
economía (las asignaturas que más odiaba) me hubiera dedicado todo ese tiempo a
estudiar música y practicar piano. En
definitiva hubiera invertido todo mi tiempo a algo que realmente despertaba mi
interés, en vez de sentirme frustrada tratando de
aprender lo que todos teníamos
que aprender por igual y al mismo nivel (la nota) aún cuando nunca iba a
necesitar esa información en mi vida de adulta. Ahí lo dejo: ¿Necesitamos
colegios? ¿Y universidades? ¿Necesitamos títulos? Creo que es un gran debate.
Yo creo que sí, los necesitamos pero planteados de un modo muuuuuy distinto.
Por cierto, en el planeta hay más de 326 millones de trillones de galones de agua, un galón son 3.785 litros. ¿Puedes hacer la cuenta?
Si no existiesen los buenos colegios y universidades, como se podrían llenar las miles y miles de páginas del googler…
ResponderEliminarUn placer leerte