Tengo el armario lleno de ropa bonita que no me pongo. Vestidos espectaculares, minifaldas, vertiginosos escotes y taconazos de femme fatal. Esos vestidos que siempre salen por la tele, que lucen las modelos y parecen tan guay, tan sexy. Pero yo nunca tengo ocasión de ponérmelos. Más bien, nunca encuentro el momento apropiado. Porque salir a sí a la calle puede resultar escandaloso, incluso peligroso. Ya sabéis lo que las abuelas siempre decían “no vayas por ahí provocando”. Pues como yo, igual que cualquier otra mujer del mundo, no quiero ser violada. Y es que parece ser que hay muchos violadores por el mundo, de hecho las cifras son escandalosas. En Europa tenemos suerte de que las leyes son bastante más duras con los crímenes sexuales, y todavía más suerte de que socialmente la violencia de género no está aceptada y se lucha contra ella. Pero hay muchos países del mundo donde la violación está a la orden del día y lo que es peor ni legalmente ni socialmente nadie le da mucha importancia. Hay casos extremos como el de la India, donde el respeto a la mujer es tan ínfimo que se suceden verdaderas atrocidades que prefiero no recordar (porque me traumatiza). De ahí que precisamente en este país unos ingenieros inventaran un dispositivo antiviolación. Consiste en un sujetador que cuando un atacante intenta arrancarlo produce descargas eléctricas al tiempo que envía señales por GPS a la policía y familiares para que puedan encontrar rápidamente a la víctima. Pero este no es él único invento de estas características. En Sudáfrica, con motivo del mundial de fútbol del 2010 una doctora que atendía a mujeres violadas inventó un dispositivo intravaginal que funcionaba como una cepa para penes. El Rapex (rape es violación en inglés). Tiene la forma de un consolador pero por dentro esta hueco y tiene púas de modo que se clavan en el pene del violador y el único modo de quitarlo es yendo a un hospital. De modo que al mismo tiempo te declaras como violador, pues es la única razón por la que tienes un Rapex enganchado a tu pene. La idea le vino a esta doctora tras atender a una niña violada que le dijo: “si al menos tuviéramos dientes ahí abajo” (refiriéndose a la vagina).
Esto es el Rapex. |
Shakira y Rhiana, la canción es una basura y el video más. |
Y hay casos de vergüenza ajena como lo mucho que se criticó a Adele por estar gorda, a pesar de que tiene una voz preciosa y unas canciones geniales, ¡ah! pero está gorda. Y de esto vienen situación verdaderamente ridículas como cuando vi la rueda de prensa que daba una doctora en Estados Unidos que había encontrado una posible vacuna para el cáncer. La mujer se había emperifollado para la ocasión, maquillaje y bien vestida, pero se notaba que no estaba nada cómoda con todo eso, que era sólo por la rueda de prensa. ¿Realmente el no estar guapa debe crearle inseguridad cuando su autoestima debería estar por las nubes al estar en la cumbre de su carrera cumpliendo algo que la humanidad entera anhela desde hace décadas? ¡Es la puta tía que ha encontrado la vacuna contra el cáncer! ¡Realmente tiene que preocuparse por estar guapa!
Sí, tiene que hacerlo. Porque desde niñas eso es lo que nos
enseñan. Y se lo enseñan a los niños también. Que en algún momento no entienden
por qué, si las mujeres son tan sexys y tan follables, no se las pueden follar.
¿Cómo nos deshacemos de esta presión social? ¿Cómo cambiamos esto? Tal vez
podríamos empezar por dejar de insistir tanto en lo diferentes que somos los
hombres y las mujeres. Porque estoy harta de oír frases como “te quejas como
una mujer” “los hombres son tan insensibles…” “es que las mujeres somos
diferentes”. Bueno, creo que este tipo de cosas no depende del sexo, si no de
nuestro propio carácter, cada cual es como es, pero si seguimos diciéndoles
frases así a nuestros niños y niñas nunca nos desharemos de esta lacra y yo no
quisiera tenerle que comprar un Rapex a mi hija.
Por el momento mi ropita bonita sigue esperándome en el
armario, poniéndome ojitos cada vez que lo abro. Pero yo sigo poniéndome unos
tejanos y zapatos planos porque así voy más cómoda y puedo salir corriendo si
me hace falta. Y es sólo por eso, porque no me preocupa el provocar, se que lo
que provoca no es como visto, es el simple hecho de ser mujer.
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